El miércoles Mr Beast, el youtuber más popular del momento, subió un espectacular vídeo que vuelve a demostrar su enorme capacidad para hacer contenido viral. Para él va el tema de la semana.
Además encontrarás lecturas sobre comportamientos que se repiten, un peligroso experimento con adolescentes, la sobrecarga cultural y la historia de la cerveza Águila. Y en mi obsesión de la semana, el regreso del capitán a Youtube.
Mind Tricks se toma un descanso de dos semanas aprovechando el puente que viene, para coger fuerzas para afrontar el final del año. ¡Nos vemos a la vuelta!
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La bestia de Youtube
Hubo un tiempo en el que todas las marcas, grandes y pequeñas, solo tenían una palabra en la boca a la hora de plantear sus campañas digitales a sus agencias de publicidad: viral. “Nos han encargado otro viral” se convirtió en un meme interno del sector, que observaba resignado como los clientes se enamoraban de los pocos vídeos que acumulaban millones de visitas sin darse cuenta de los millones de vídeos que apenas tenías visualizaciones.
Ésta fue la era de la explotación del clickbait en las miniaturas de los vídeos, del “engañar al algoritmo” y de la lluvia de dinero sobre los que eran capaces de aprovecharse del sistema. Fue, en definitiva, la era de los youtubers. De estos años surgieron muchas de las figuras que ahora siguen su exitosa carrera como creadores de contenido en Twitch haciendo streaming, como Rubius o AuronPlay.
Con el paso del tiempo, estos youtubers han dejado de serlo y la principal razón es que la plataforma dejó de apostar por los creadores independientes. Youtube puso su punto de mira en el contenido más mainstream (música, televisión y deportes), más tradicional pero también mucho más seguro. Tras numerosas crisis con los anunciantes, Youtube decidió que no merecía la pena seguir repartiendo tanto dinero entre los que antes habían sido la base de su plataforma y poco a poco los fue abandonando económicamente.
Por esa razón ya no era tan rentable para los creadores dedicarse a subir vídeos a la plataforma de Google y con el crecimiento de Twitch la transición se aceleró. La era dorada de Youtube llegaba a su fin. La mayoría de esos youtubers originales han dejado de subir contenido exclusivo para la plataforma que les vio nacer y ahora básicamente suben directos de Twitch editados o directamente han abandonado Youtube.
¿Todos los youtubers? ¡No! Un canal poblado por un irreductible estadounidense sigue dedicándose en cuerpo y alma a Youtube. Su nombre es Jimmy Donaldson, aunque es más conocido como Mr. Beast.
Repasar el canal de Mr Beast en orden cronológico es un tutorial sobre como crecer en Youtube a lo largo de 9 años. Los primeros 4 son un ejercicio de imitación a lo que tiene éxito en cada momento: videos de Minecraft, Pokemon online, análisis de otros canales, jugadas de Call of Duty, retos, bromas…
Pero poco a poco Jimmy va encontrando su espacio en la plataforma hasta que llega a su formato estrella: los vídeos donde entrega dinero (o bienes materiales muy caros) a desconocidos. Un ejemplo:
Estos vídeos son virales instantáneos, la mayoría de ellos con millones de visitas. El funcionamiento de este contenido es tan sencillo que asombra: Mr Beast recibe dinero de patrocinadores y de la propia plataforma por los anuncios que aparecen en los vídeos que sube a su canal, una gran parte la reinvierte en su siguiente video para sorprender a extraños dándoles dinero, graba su reacción y después la sube a Youtube para obtener visitas. Y la rueda vuelve a comenzar.
Lo increíble es que esta rueda cada vez gira más rápido y se vuelve más grande: los vídeos pasan de millones de visitas, a decenas de millones. Los 10.000 dólares que reparte en el vídeo de arriba, pasan a ser 100.000 y después un millón. Y su canal no para de crecer: ahora mismo tiene 78.5 millones de suscriptores, siendo el octavo canal con mas seguidores de todo el mundo. Pero más importante aún es el número de visitas totales a los videos de su canal. Lo voy a poner aquí entero para apreciar su magnitud.
13.391.705.971 visualizaciones
Sí, son 13 mil millones de visitas. Normal que las marcas quieran asociarse con él y que los medios le califiquen como “el chico que ha hackeado el código secreto de Youtube para volverse viral”.
Era cuestión de tiempo que Mr Beast evolucionase su formato de “entregar dinero a desconocidos” y pasase de hacerlo tan plano como el ejemplo de arriba a algo más elaborado. Jimmy comienza a invertir una parte de lo que gana no solo en premios, sino en producción. Sus vídeos comienzan a ser más sofisticados, como éste juego del escondite donde el ganador se lleva 60.000 dólares. O este otro donde compra una isla de 800.000 dólares y se la regala al último que la abandone.
Y así es como llegamos al vídeo de esta semana, donde Mr Beast ha dado un salto de calidad definitivo: ha recreado en la vida real y con una precisión asombrosa las pruebas del Juego del Calamar, la serie de Netflix, con 456 concursantes.
Desconozco si es la primera vez que un vídeo de Mr Beast cuesta más dinero de producción que la cantidad que entrega al ganador, pero este caso es donde el espectador mas claramente lo percibe. El propio creador lo ha admitido: ha invertido unos dos millones de dólares en organizarlo y grabarlo, y en torno al millón y medio en premios. Por cierto, parte de la fiesta la ha pagado la compañía de videojuegos Supercell, y por eso hay una promoción suya en medio del contenido.
El vídeo ha acumulado 58 millones de visitas en apenas dos días y las que le quedan. Mr Beast sigue siendo la bestia de Youtube y si continúa por este camino, mezclando premios y producción cuidada, no creo que nadie pueda arrebatarle el trono del rey del viral durante mucho tiempo.
1) El comportamiento se repite
Una de las cosas que más admiro de los artículos de Morgan Housel es su capacidad para encontrar patrones del comportamiento humano que se mantienen en el tiempo, describirlos y explicar con ellos diferentes hechos históricos. Housel es capaz de extraer las causas de lo que ocurre y a partir de ahí dibuja un camino que une puntos del pasado, presente y futuro. En este caso escribe sobre 3 grandes principios que modelan la historia, independientemente del contexto.
“En retrospectiva, vemos las burbujas económicas como períodos en los que las personas pierden la cabeza, tentadas por decisiones estúpidas y un exceso de confianza. Esto es parcialmente cierto. Pero hay otra causa: las personas que pasan toda su vida trabajando duro en medio de la incertidumbre ven en una nueva era de prosperidad su merecida recompensa, la finalidad última de dedicar tantas horas de su vida a esforzarse. Entonces, en lugar de una señal de advertencia, la burbuja es vista como una metáfora de cruzar la línea de meta y recibir una palmada en la espalda después de un largo viaje.”
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2) Bajo las faldas del pequeño negocio
Google y Facebook, acorralados por las regulaciones gubernamentales tanto en su país de origen como más allá de sus fronteras, han preparado un defensa férrea para impedir que pongan coto a la extracción de datos de usuario que ahora mismo están utilizando como parte central de su negocio. Y su argumento parece sólido desde fuera: sin ellos, una gran cantidad de pequeñas empresas se irán a pique, porque dependen del duopolio para llegar a sus consumidores. Bob Hoffman dedica su newsletter a desmontar este argumento.
“Seamos claros. La publicidad es esencial para las pequeñas y medianas empresas, pero el tracking no lo es. La afirmación de que eliminarlo destruirá la capacidad de las pequeñas empresas para llegar a sus audiencias es completamente falsa. Facebook, Google y otros medios online pueden utilizar métodos seguros para la segmentación que no dependen del seguimiento. La industria de la publicidad lo ha hecho durante décadas en la televisión, la radio y la prensa. No hay ninguna razón por la que no se pueda hacer en internet. (…) Estoy seguro de que en el momento en que se prohíba el tracking, Facebook, Google y el resto de los gigantes de la tecnología publicitaria afirmarán que sus nuevos mecanismos de segmentación (sean cuales sean) son superiores a los antiguos.”
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3) Un peligroso experimento con adolescentes
Y siguiendo con Facebook, Jonathan Haidt profundiza en The Atlantic sobre el problema que supone Instagram para la salud mental de las adolescentes. Escrito de una manera clara y directa, Haidt explica lo complicado que es llevar a cabo un estudio que demuestre al 100% que la culpa es de la red social de Facebook (ahora Meta, no me acostumbro) pero que eso no puede impedir a los gobiernos actuar contra el gigante digital. Jonathan enumera 4 razones por las que todos los indicios apuntan a un solo culpable.
“Actuar en público es arriesgado. La conversación privada es mucho más divertida. Cuando las adolescentes comenzaron a pasar varias horas cada día en Instagram, perdieron muchos de los beneficios de esa diversión (...) La foto incorrecta puede conducir a la infamia en toda la escuela o incluso a nivel nacional, al acoso cibernético por parte de extraños y a una permanente letra escarlata. Las redes sociales performativas también obligan a las niñas a caer en una trampa: aquellas que eligen no jugar el juego se separan de sus compañeros de clase. Instagram y, más recientemente, TikTok se han conectado a la forma en que los adolescentes interactúan, al igual que el teléfono se volvió esencial para las generaciones pasadas.”
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Un artículo de opinión interesante en The Guardian, que plantea una buena pregunta: ¿hay demasiadas series, películas y música como para que seamos incapaces de estar al día? La autora recuerda un tiempo, no muy lejano por cierto, donde era capaz de ver y escuchar todo lo “esencial” que era tendencia. Ahora mismo hay tanto y tan variado, que es imposible abarcarlo todo.
“Cuando Hub Entertainment Research volvió a hacer la pregunta en 2017, el porcentaje de personas que sentían que había "demasiada televisión" pasó del 42% al 49%. La encuesta no pidió a los encuestados que profundizaran en su razonamiento, pero tal vez sintieran algo similar a lo que yo sentí en ese momento: como la mitad de las cosas que estaba viendo, las estaba viendo por alguna extraña tendencia completista; y la otra mitad las estaba mirando porque sentía que "debería", especialmente si en el futuro quería seguir siendo parte de la conversación cultural en internet.”
Pocas veces se encuentra en la prensa generalista un relato tan interesante sobre la historia de una marca, y menos en España. Analía Plaza escribe en el periódico sobre la historia de la cerveza Águila: una bebida que llegó a controlar el 30% de la producción nacional en los años 60, que sufrió un progresivo declive durante 30 años, después fue sometida a un proceso de transformación llamado Proyecto Camaleón que la convirtió en Amstel y que desde 2019 ha resucitado y vuelve a estar en bares y supermercados.
“Águila no tenía un posicionamiento claro (...) La estrategia de comunicación en los 70 se basó en el tamaño corporativo y el poder industrial, tenía muy poco que ver con el posicionamiento de marca. La prioridad otorgada a la cerveza de barril y a la litrona no facilitó la imagen. Hay también una corriente de opinión según la cual Águila se vio perjudicada con la asociación con el régimen franquista."
El regreso del capitán
El 23 de noviembre mi feed de Youtube me dio una enorme alegría: Kaptainkristian había vuelto a subir un vídeo a su canal tras dos largos años sin hacerlo. Kristian Williams, que así se llama en realidad, lleva desde 2016 regalándonos sus “cartas de amor visuales” como él mismo las llama. Sus vídeos consisten en análisis de diferentes iconos culturales, con una edición trabajadísima y un enorme cuidado por los detalles.
En este caso dedica su nueva creación a la película “El resplandor” y al importante papel que juega la música en crear la terrorífica atmósfera del film. Kristian aprovecha además para explicar qué es el “Mickey Mousing”, una técnica cinematográfica que consiste en sincronizar la música y lo que ocurre en pantalla y que tiene una gran importancia en la película de Kubrick.
Esta nueva “carta de amor visual” de Kaptainkristian está a la altura de sus mejores vídeos. Y no lo digo yo, lo dice el propio editor de sonido de “El resplandor” que ha visto el vídeo de Kristian y ha tenido el detalle de agradecerle su análisis en los comentarios. Otro de esos momentos mágicos de Internet.
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Diseño: David Núñez