Esta semana sí: retomo el éxito de League of Legends e intento explicar cómo un juego gratuito de hace una década reúne a 115 millones de jugadores al mes y es capaz de ingresar 1.500 millones de dólares al año. Además lecturas sobre los cambios en Instagram, los extraños nombres de los medicamentos y lo que podemos aprender sobre nuestra reacción a la pandemia global. Y al final, un poco de la luz y la magia de The Mandalorian.
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La atracción de la frustración
En el primer Mind Tricks que le dediqué a League of Legends me centré sobre todo en explicar como sus creadores (Riot Games) gestaron la idea del juego y la llevaron a cabo. Al final dejé 3 preguntas en el aire:
¿Cómo en una industria extremadamente motivada por la novedad, un juego de más de una década de antigüedad sigue siendo uno de los más jugados del mundo?
¿Cómo consigue un videojuego que visualmente no es nada del otro mundo atraer a millones de personas simplemente para ver como otros juegan?
¿Cómo un juego gratuito es capaz de ingresar 1.500 millones de dólares al año?
Para responderlas hay que empezar por el principio: entender el juego en sí. League of Legends es un videojuego sencillo de explicar pero complicado de jugar. Siendo sintético, el juego consiste en la pelea entre dos equipos de 5 personas cada uno por destruir la base del contrario. La dificultad reside en que cada jugador debe elegir un personaje para jugar de entre una lista de 152, que no para de crecer año a año. Cada personaje de estos 152 es diferente no sólo en su estética, sino en sus habilidades y en la forma en la que tiene que jugarse. Esto requiere que los jugadores no sólo deben aprender como se maneja su personaje, sino que deben conocer que hacen los demás para saber cuales funcionan mejor entre sí y como vencerlos.
Además durante la partida los jugadores van consiguiendo oro, con el que pueden comprar objetos que mejoran los atributos de su personaje e incluso le otorgan nuevas habilidades. Elegir qué objetos comprar, en qué orden y cuándo utilizarlos es otra de las grandes dificultades del LOL. Para acabarlo de complicar Riot Games cambia a menudo las estadísticas de los personajes y los objetos, haciendo más fuertes a unos y más débiles a otros, por lo que los jugadores deben estar continuamente adaptándose al videojuego.
Esta constante actualización y la introducción de nuevos personajes son los motivos principales por los que los jugadores vuelven al juego una y otra vez para ver qué ha cambiado y probar las novedades.
Como puedes ver League of Legends no es un juego fácil, más bien al contrario. Se necesita una combinación de gran habilidad mecánica (reaccionar a la acción, pulsar los botones correctos, en el orden adecuado y rápido) y conocimiento profundo del juego para destacar. Por eso el LOL profesional, el que se puede ver en las competiciones oficiales, es tan atractivo: son peleas de 5 contra 5 donde el nivel de todos los jugadores es muy alto, lo que muchas veces da como resultado partidas interesantes y ajustadas, con jugadas espectaculares y decisivas. Además los 5 jugadores de cada equipo están conectados vía chat de voz, lo que les permite diseñar y ejecutar estrategias conjuntamente.
Los espectadores entienden el videojuego y la dificultad que conlleva hacerlo tan bien, y por eso sus competiciones oficiales tienen tanta audiencia. Es muy similar a ver deporte: entiendo como se juega a fútbol y sé chutar el balón, pero también sé lo complicado que es hacerlo tan bien como Messi.
Y sí, es cierto que los gráficos no son una maravilla. De hecho es parte de la estrategia de Riot Games que no necesites un ordenador de última generación para jugar: manteniendo los gráficos de esta manera, la base de jugadores potenciales aumenta muchísimo. Para compensar, la compañía cuida mucho el entorno visual del juego. Su catálogo de 152 personajes abarca decenas de tendencias, estilos y temáticas, buscando que cualquier persona encuentre uno (o varios) que le gusten. Además en todo lo que se refiere a los vídeos promocionales o la realización de las competiciones, Riot invierte su buen dinero en producción audiovisual para generar piezas de comunicación que enamoren a los fans del juego.
¿Pero qué ocurre con el League of Legends que juegan los simples mortales? ¿Cómo siendo tan complicado consigue que 115 millones de jugadores jueguen al menos una partida al mes?
La clave, sorprendentemente, es la frustración. League of Legends es un videojuego en el que decenas de cosas pueden salir mal y hacerte perder la partida, y muchas de ellas están fuera de tu control. Entre las más comunes están:
Un compañero de equipo que no sabe jugar o está distraído.
Un compañero de equipo que abandona a media partida, porque se enfada o porque se tiene que ir.
Un rival que juega con una segunda cuenta y es mucho mejor de lo que debería para el rango en el que se encuentra.
El hecho de que el LOL se base en peleas de 5 contra 5 hace que cuando echas una partida haya 9 elementos tan importantes como tú que no controlas. Esto en realidad añade un factor enorme de aleatoriedad al juego y por eso muchos jugadores veteranos de League of Legends consideran que cuando juegas tú solo, cada partida es cómo lanzar una moneda al aire: la suerte va a decidir si sale cara y ganas, o si sale cruz y pierdes.
La diferencia es que el lanzamiento de una moneda son 10 segundos y apenas has realizado esfuerzo para obtener el resultado que quieres. Por contra las partidas de LOL duran en torno a 30 minutos de media, donde has intentado con toda tu habilidad y conocimiento ganar y muchas veces acabas perdiendo por causas ajenas a tu control. Y esto frustra. Muchísimo.
¿Cómo se convierte esta frustración en atracción? Porque en un entorno complejo donde muchos elementos están fuera de tu control y pierdes en torno al 50% de las veces, ganar sabe a gloria y engancha. Esta es la base del sistema de recompensa variable: un sistema que nos recompensa de esta forma (a veces ganamos, a veces perdemos) tiende a conseguir que el comportamiento que llevamos a cabo para conseguir esa recompensa se repita el mayor número de veces y se prolongue la mayor cantidad de tiempo.
Piensa en las máquinas tragaperras ¿por qué la gente se engancha a ellas? No son “divertidas” de jugar. Lo único que hacen es ofrecerte una ilusión de control (tú pulsas los botones, pero el resultado es aleatorio) y la máquina te ofrece recompensas de forma variable. Pues en cierto modo, League of Legends funciona de una manera similar.
Diferentes estudios han demostrado que a mayor variabilidad en la entrega de la recompensa, más tiempo se mantiene el comportamiento. Es decir, si conseguimos diseñar un juego que recompense a los usuarios un 50% de las veces de manera positiva y otro 50% de manera negativa, tenemos el sistema perfecto para mantenerlos enganchados a él.
Para combatir la complejidad del juego, Riot Games implementó un sistema que empareja a los jugadores con otros de habilidad similar con el objetivo de que la experiencia sea la mejor posible. League of Legends está diseñado para que, después de unas cuantas partidas, todos los jugadores queden clasificados en un rango que dictamina contra quien van a jugar. ¿Qué criterio sigue para colocarte en tu rango? El lugar en el que más posibilidades tienes de ganar un 50% de las partidas. Y obviamente de perder el otro 50%. El punto dulce de la frustración y la recompensa.
Pero, ¿y el dinero? ¿Cómo ingresa 1.500 millones de dólares un juego gratuito? Fundamentalmente con micropagos. Pero una de las claves del atractivo de League of Legends es que no puedes pagar para ser mejor (más poderoso) en el juego. Con dinero solo puedes desbloquear más rápido nuevos personajes y, sobre todo, comprar componentes estéticos.
Cada uno de los 152 personajes del juego tiene un aspecto básico, gratuito, y varios de pago que oscilan entre 2.5€ y los 25€. Estos aspectos (más conocidos como skins) sólo cambian como se ve tu personaje dentro de la partida, nada más. ¿Que razones tiene un jugador para gastarse el dinero en ello entonces? Las mismas que alguien que necesita un coche y en vez de uno de segunda mano se compra un Ferrari: pasión y status.
Tener una skin de pago para tu personaje demuestra interés por el juego, amor hacia él. Los jugadores se gastan el dinero porque les importa. Porque el League of Legends es su juego. Porque determinado personaje es su personaje. Y al mismo tiempo, lucir una skin proyecta status: es la única manera de demostrar al resto de jugadores de la partida (que son de rango similar a ti) que eres diferente. Más cool. Con más dinero para gastar.
En definitiva, Riot Games ha sabido diseñar un juego sin las barreras de entrada más importantes (es gratuito y funciona en casi cualquier ordenador), construirlo en torno a un sistema que engancha a los jugadores haciendo atractiva la frustración y hacer una fortuna en base a la pasión y el status. Tras más de una década de éxito, hay mucho que aprender de League of Legends.
1) Lo que nos enseña el Coronavirus
Morgan Housel explica en su blog la importancia de separar lo específico de lo general. Si no eres epidemiólogo o tu trabajo está relacionado con las políticas de salud, es complicado extraer algún aprendizaje específico sobre el coronavirus que vaya a servirte en el futuro. En cambio, si pones el foco en el comportamiento humano en respuesta a la pandemia, hay muchas enseñanzas que aprender.
“El riesgo es lo que no ves. Esto siempre funciona así. El mayor riesgo es lo que nadie ve venir, porque si nadie lo ve venir nadie está preparado para ello, y si nadie está preparado para ello, su daño se amplificará cuando llegue. (…) Suceden dos cosas cuando te pillan desprevenido. Una es que eres vulnerable, sin protección contra lo que no habías considerado. La otra es que la sorpresa sacude tus creencias de una manera que te deja paranoico y pesimista. (…) Una lección importante de la historia es que los riesgos de los que hablamos en las noticias rara vez son los más importantes en retrospectiva.”
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2) Nuevas prioridades para Instagram
El abrumador éxito de Tik Tok ha acelerado los cambios en Facebook. Reels, la funcionalidad de vídeo vertical de Instagram que intenta copiar el principal atractivo de la aplicación china, pasa a tener un botón propio en la home para darle más importancia y conseguir más tráfico. Por otro lado, el botón de “notificaciones” ha sido sustituido por la propuesta de compra online de Instagram, un cambio que ha sido muy criticado por usuarios y expertos en redes sociales. Pero el dinero manda.
“No nos tomamos estos cambios a la ligera; no hemos actualizado la pantalla de inicio de Instagram de manera importante desde hace bastante tiempo. Pero la forma en que la gente crea y disfruta la cultura ha cambiado y el mayor riesgo para Instagram no es que cambiemos demasiado rápido, sino que no cambiemos y nos volvamos irrelevantes”. Adam Mosseri, Head of Instagram
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3) El naming de los medicamentos
¿Por qué los medicamentos tienen nombres tan raros? En un año donde vacunas y tratamientos aparecen constantemente en las noticias, Mark Ritson explica en su columna semanal las razones por las que las empresas farmaceúticas acaban llamando a sus productos con nombres tan extraños como Bamlanivimab o Remdesivir.
"El nombre genérico también debe evitar cualquier vínculo con su fabricante o cualquier superlativo basado en beneficios que puedan promover su eficacia. Los especialistas en marketing pueden querer llamar a la droga “Lillikillicovid”, pero esas cosas son imposibles, por desgracia.”
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4) Las empresas que más saben de ti
Esta semana se ha hecho viral en Twitter esta imagen donde se clasifica a diferentes compañías por el volumen de datos que conocen sobre ti gracias a sus aplicaciones. No es extraño ver a Facebook o Instagram encabezando la lista, pero quizá sí sorprende más ver a Spotify o Tinder en el top 10. Aquí está el artículo completo de Clario, los autores del estudio, con algunas de sus conclusiones y su metodología.
“Tinder recopila el 55,88% de los datos disponibles para ayudarte a encontrar tu pareja perfecta. Más allá de intentar emparejarte, Tinder también rastrea cómo utilizas las redes sociales si vinculas tus cuentas. También almacena todos los mensajes que envías a los matches, lo que significa que todos tus chats de coqueteos se pueden usar para impactarte con anuncios y productos.”
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5) El crepúsculo de las élites de los medios
Antonio García Martínez no tiene pelos en la lengua. Ex Product Manager en Facebook, ahora escribe para Wired, The Guardian y en su newsletter sobre tecnología y medios de comunicación. En este caso reflexiona sobre como el cambio de modelo de negocio (de anuncios a suscriptores) está alejando al periodismo de la objetividad y lo acerca al partidismo ideológico.
“El cliente siempre obtiene lo que quiere: en el caso de un modelo de negocio basado en anuncios en el que el anunciante es el verdadero cliente, se trata de noticias políticas equilibradas junto con frívolas historias de estilo de vida como lienzo para los anuncios. En el caso de un modelo de suscripción, se trata de que los lectores se sientan halagados de leer su propia visión del mundo de una forma más articulada.”
Luz y magia industrial
Esta semana he vuelto a The Mandalorian, ya en su segunda temporada. Más allá del entusiasmo por el universo Star Wars, el despliegue técnico y visual de la serie me impresionó en sus 8 primeros capítulos y lo ha seguido haciendo en los nuevos. Parece increíble que Disney logre que una serie de 7 horas de duración se vea tan espectacular como una película de la saga con enorme presupuesto.
Buscando sobre su producción, he encontrado este fantástico vídeo de Vox Media (ninguna relación con el partido político) donde explican la revolución técnica que ha permitido rodar The Mandalorian reduciendo tiempo y costes.
Industrial Light and Magic, la reconocida compañía de efectos visuales y gráficos generados por ordenador fundada por George Lucas, ha encontrado un sustituto para las míticas pantallas verdes: paneles LED que utilizan tecnología similar a la del motor de un videojuego para colocar un mundo de apariencia realista detrás de los actores.
Esto ha supuesto una gran mejora, porque resulta que las pantallas verdes tienen muchos inconvenientes. Eliminarlas nunca es tan fácil como parece y lleva mucho tiempo y esfuerzo hacerlo bien. También tienen la pega de que arrojan luz verde sobre el escenario y los actores, distorsionando la imagen. Esta nueva tecnología ha permitido además que los encargados de los efectos especiales puedan estar en el set de rodaje aportando su talento y visión creativa mientras sucede la acción.
Por cierto, si sois fans de la serie no os perdáis esta recopilación de todos los “concep arts” que aparecen al final de cada capítulo. Espectacular.
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Diseño: David Núñez